lunes, 12 de junio de 2017

“Barbazul 2014”: Las tres vidas de un caballo.



“Barbazul 2014”: Las tres vidas de un caballo : Hay que ser sinceros y decirle a la botella que se la descorcha para un par de copas sin casi tiempo para que aparezca el genio, que no es comida de sábado la que va acompañar, sino cena de lunes, que volverá a la nevera con esa doméstica humillación del corcho encajado, que no habrá con quién brindar, que en vez de dar la vida de golpe, es posible que muera poco a poco entre un envase de leche de almendras y otro de gazpacho. No todas saben encajar una noticia así y se vengan desde el primer sorbo, con menos fuerza de la que se recordaba, abandonándose después para ofrecer algo a lo que es difícil llamar vino.

El “Barbazul” acepta sin problemas la situación, como si el caballo que aparece en la etiqueta indicara que si toca Grand National, se corre, y que si hay que trotar despacio con un jinete novato, se adapta el paso sin problemas. Dos veces lo he metido en la nevera y hoy, con un plato de espinacas, termino la botella. No hay reproches. Ha sido fiel a la pista que eligió desde la primera copa. 

domingo, 11 de junio de 2017

Regreso a la pista central



Regreso a la pista central : Mientras Nadal juega el tercer set de la final del Roland Garros, nosotros bajamos a estrenar la piscina. No hay nadie. Si las ventanas estuvieran abiertas, escucharíamos los gritos de Nadal al golpear las bolas. A cambio, nosotros le devolveríamos nuestras risas en esta pequeña pista central donde la arcilla se convierte en agua y las reglas solo están para saltárselas. Tengo la impresión de que recuperamos el partido en el mismo punto en el que lo dejamos el año pasado. Todo lo sucedido desde entonces pierde importancia, solo ha sido una forma de pasar el tiempo en lo que llegaba este momento.