La clave secreta : La puerta principal
al polideportivo es la que se encuentra al final de la rampa. Por ahí se debe
entrar y salir. Y ésa es la que usamos los padres cuando acudimos a esperar que
nuestros hijos terminen la clase de deporte. Vemos cómo recogen el material que
han utilizado. Los de judo apilan las colchonetas del tatami. Los de hockey juntan
las barreras de plástico que han usado para delimitar el campo de juego. Los
padres miramos todo relajados, sin prisa: esta era la última obligación del día
y aquí estamos. Nada urgente nos espera. Parece llegado el momento de que la realidad
deje de ser útil para mostrarse sugerente. En esa puerta del polideportivo que
siempre está cerrada y que hoy, entornada, derrama sobre la noche una luz
contundente que esconde una invitación personal.
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