Cuando hago la
fotografía por la mañana, el hombre con la carretilla que camina justo por debajo
de la imagen de Bale de la tienda de Adidas (podría haber sido la de Marcelo o
la de James) es solo una coincidencia. Unas horas más tarde, en el momento en
el que Bale se retira lesionado en el minuto 57 del partido contra el Sporting
de Lisboa, la coincidencia se convierte en una señal.
Le puede llevar dos meses recuperarse de la operación de la luxación traumática de los tendones de
su tobillo derecho. Durante todo ese tiempo pasaré por delante de la tienda para ver los vídeos que
pasan de él en varias pantallas. No jugará contra el Barça, ni contra el
Dortmund, ni lo hará en Japón, pero yo podré detenerme para disfrutar de esas
imágenes en las que, elevado por la estética de la publicidad, se encuentra en esa zona a la que nunca
podrán llegan los tacos de Coates.