El cuarto satélite de Júpiter : Me
encuentro con un documental en la 2 sobre un proyecto para descubrir si hay
vida en Europa, el más pequeño de los cuatro satélites de Júpiter. No es algo
que me haya planteado hasta ahora, sobre todo con el tema de la suplencia de
Casillas. Me quedo viendo el documental, el mando en la mano, porque el
proyecto resulta fascinante : está bien expuesto y las reproducciones por
ordenador son magníficas. En cierto modo, se puede decir que ya hemos estado en
Europa.
Sale un científico que dice : Es
difícil pero podemos hacerlo. Pero en sus ojos ves que realmente quiere decir :
complicado de la hostia, pero por mis cojones que lo hacemos. El científico
habla con esa tranquilidad de los científicos de la que podríamos aprender mucho.
Dejo el mando en la mesa y empiezo a hacer el proyecto mío.
Sale otro científico que anda
mosqueado por el color rojo de la superficie. Se dedica a ver qué elementos
orgánicos pueden producir un color así. Nos cuenta que ha dado con uno con el
que podríamos pintar nuestras paredes de un auténtico “rojo orgánico Europa”.
En lo que tú pasas los días preparando el modelo 110, hay gente suelta que
realiza cosas interesantes.
Sale un científico de ojos muy, muy
pequeños, que niega. Habla de energía por superficie y dice que aquí en la
tierra la medida sale bien, pero que lo de Europa, en fin, que a él le
gustaría, pero que cree que no. Parece que le diera pena decir algo así, es el
tipo de persona que se asoma al salón y dice que no queda más hielo para la
fiesta.
Sale un científico que dice que
vida, vida, puede aparecer vida, pero que no será lo que pensamos. Pienso en
Godzilla y parece que esté negando con la cabeza sabiendo en mi cerebro se
pasea el monstruo arrasando Tokyo. Otro tipo de vida, repite. Borro a Godzilla
y dejo ese cuadrado de la colección de vida extraterrestre sin cromo.
Sale un científico que enseña lo
que parece una pastilla para el lavavajillas. Esta es diferente. Unas cuantas
como ésta cubrían una plataforma de la sonda Stardust, que en su recorrido por
el espacio se colocó detrás de un cometa y atrapó, en esas pastillas, restos
del cometa. Dice que han encontrado glicina, que es uno de los aminoácidos
necesarios para que la vida se desarrolle. Lo dice como si nada. Glicina. Vida.
Lavavajillas. Aquí, mientras, titulares sobre políticos, reduciendo la realidad
a sus andanzas de niños con las manos manchadas de chocolate por los pasillo de
una gran mansión.
Cuando Daniel termina de cenar, los
científicos ya han dicho lo que tenían que decir y aparece una simulación del diseño
creado para buscar vida en Europa. Una nave propulsada por energía nuclear,
que, una vez posada sobre el hielo (sin ayuda de paracaídas, porque la
atmósfera no lo permite), tendrá que cruzar una capa de hielo de varios
kilómetros para soltar, al llegar al océano de agua que hay debajo, un
prototipo que tendrá que orientarse en un entorno oscuro, repleto de amenazas
No está nada mal. Daniel quiere
saber más, pero es la hora de irse a la cama y tengo que traerle de vuelta a la
tierra, a su casa, a su cama. Insiste en que quiere que le deje ver más, pero
la hora es la hora. No hay vida en Europa que valga. Acepta resignado y se
marcha a la cama llorando.
Ese llanto me reconforta. Debajo de
esa capa de hielo que se va acumulando serie tras serie de Disney hay un poco
de vida.