La reina blanca :
Lucía lleva su caja de bombones como si fuera un lujoso tablero.
Abre la tapa y te enseña los que tiene. Ya sabemos las reglas básicas : cuanto
más oscuro sea el chocolate, más probabilidades hay de que ella te permita cogerlo. Ya
sabemos la regla principal : el de chocolate blanco le pertenece. Cada bombón
que nos comemos parece el movimiento de una partida de ajedrez en la que solo
hay una reina blanca, la suya.
A veces creo que deja la caja con
aire descuidado aquí o allí sólo para comprobar si puede fiarse de nosotros. Ahí
está su bombón más codiciado con unos cuantos mordiscos.
-¿No te gusta?
-Claro – me dijo. Lo cogió, le dio
un pequeño mordisco y lo devolvió a la caja. Supongo que se lo comerá cuando no quede ninguna pieza más.
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