Salto
de aguja : La mirada va pasando por la realidad como una aguja sobre los surcos
de un disco en el que estuviera grabada una conversación tras una puerta. Una conversación
sin mucho interés que a veces no compensa el esfuerzo por distinguir sus
palabras. Entonces surge la imperfección que provoca el salto de aguja y hace
consciente la mirada, el objeto, y ese discurso que uno iba manteniendo consigo
mismo y que por un instante se detiene para abrir la puerta y asomarse.
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