El avance retroactivo : Podríamos volver a casa por La Castellana. Es más
rápido y cómodo. Los semáforos están más espaciados y el tráfico es más fluido.
Pero elijo hacerlo por la calle de la casa de mi madre, que me sé casi de memoria.
Aprovecho los atascos para fijarme en los cambios porque siempre hay alguno.
Viendo los nuevos locales, se diría que todo está siendo sustituido por lo que
había antes, retrocediendo al pasado hasta que llegue el momento en el que se
anuncie una de esas lecherías a las que acudían con un recipiente para que te
lo llenaran. Dentro, por lo que me contaban, estaban las vacas.
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