Es en lo trivial donde nos la jugamos : Claro que todos somos adultos y eficientes, en el
supermercado a las nueve de la mañana, pero hay que ponerse los guantes de
plástico como si fuéramos cirujanos y cada prueba una elección de la que depende la vida de un paciente.
No vale cualquier tomate, cualquier kiwi, cualquier calabacín. Si no se juega
con total dedicación, se corre el riesgo de salir con menos vida del
supermercado sin saber exactamente por qué y de arrojar los guantes al suelo
antes de subir al coche con la sensación otra vez de que hay algo importante que
hemos dejado de hacer.
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