jueves, 13 de octubre de 2011

"La retahíla"

Se abre otro bar en el barrio. Otro más. Y están acabando las obras de otro nuevo. Pruebo las croquetas, el jamón, las barcas de queso, las gambas rebozadas, las empanadillas, los rollitos de primavera, las samosas de tortilla con chorizo, la tortilla de patata, los canutillos de gambas y unos pinchos de crema de color verde. Pruebo y repito hasta que el camarero descubre dónde tiene que venir para que le vacíe la bandeja.

No sé si tanto bar es una empalizada contra la crisis para sostener sus aguas. No lo sé. El caso es que habrá que aprovechar los locales que van a dejar vacías las sucursales de todas esas cajas que tanta obra social han hecho por los incompetentes de sus dirigentes. Todo vale con tal de no ver locales vacíos. Si la crisis descubre un local vacío se mete ahí y conforme pasa el tiempo resulta cada vez más difícil sacarla de ahí. El problema es que al vacío de la crisis ese espacio se le hace pequeño y trata de ocupar otro. La nada tiene la necesidad de expandirse. Si ve hacía dónde saltar, lo hace, y en un sitio en el que había un negocio ahora aparece un cartel de se vende, o se alquila o una persiana cerrada.

Vendrían bien los miles de millones de euros que se están tirando con la recapitalización de los bancos en defenderse de la crisis local a local, porque esta batalla se va a ganar así, no haciendo pruebas de stress a los bancos que no sirven para nada a los dos meses (véase el caso de Dexia), para más tarde ofrecerles el dinero que necesiten. El problema es que cuando un negocio cae, no hace ruido, pero, si lo hace un banco, el trueno puede ocupar varias noches seguidas.

Así que a falta de dinero, invertido en ladrillos podridos (y en las sucesivas renovaciones de créditos a los promotores para que los pisos que los bancos tienen no bajen de precio) y en cajas quebradas, hay que agradecer que existan personas que dediquen su tiempo y su dinero a montar un local y arriesgarse para crear puestos de trabajo, para que tú te puedas tomar una buena cerveza y para que, sobre todo, la crisis no pueda ocupar ese local y hacerse fuerte.

El local se llama “La retahíla”, y ya estáis tardando. Si decís que vais de parte de este blog os mirarán como si recitarais la tabla del cuatro, así no digáis nada. Os pedís una Estrella Galicia y, sin saberlo, ya estáis haciendo algo contra la crisis.

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