Bala sin revólver : Una modelo ocupa toda la fachada de la tienda que
abrirá en otoño. Su mano derecha está a la altura de los que caminamos junto al
gran cartel, así que si se gira la cabeza es lo primero que se ve de ella.
Tiene las uñas cuidadas, bien pintadas. Una modelo de verdad debe mostrar que
lo es con cualquier parte de su cuerpo y ella parece tan segura de sí misma que
lo primero que ofrece es la mano. Lo que no sé si será premeditado es el gesto
que tiene. Parece que en cualquier momento fuera a desenfundar un revólver. Es
lo que sucede con mujeres así: antes de que te des cuenta, una bala ya te ha
atravesado.
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