Programas de secado : En el pueblo, las dos mujeres cuelgan la colada en una
gruesa cuerda que recorre el garaje de un lado a otro. Apoyadas en una pared
están las bicicletas, junto a un montón de madera sobre el que descansa un
plato de barro. Los tres primos vienen a por las suyas para darse una vuelta.
Abren la puerta y salen a la calle, de la que llega un sol contundente que
alcanza alguna de las prendas de la cuerda. Una de las mujeres cierra la puerta
como si así protegiera la colada. La que queda dentro es una luz tranquila que
secará la ropa sin servirse del calor.
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