La semilla durmiente : Del tiesto, en el que solo había tierra, vuelve a crecer una planta tozuda, con esa determinación con la que el malo de la película sobrevive al ataque definitivo para alargar un poco más la historia y sorprender al espectador. Solo que en este caso, los malos somos nosotros, que si no hemos vaciado el tiesto antes ha sido por una cuestión de falta de tiempo: siempre surgía algo menos importante que requería nuestra atención. Así han pasado los meses hasta que hemos descubierto que bajo la superficie había vida y que esa vida vuelve a presentarse para darnos una segunda oportunidad, diciéndonos “la última vez casi acabasteis conmigo, a ver qué tal se os da esta vez”.
viernes, 11 de abril de 2014
La semilla durmiente
La semilla durmiente : Del tiesto, en el que solo había tierra, vuelve a crecer una planta tozuda, con esa determinación con la que el malo de la película sobrevive al ataque definitivo para alargar un poco más la historia y sorprender al espectador. Solo que en este caso, los malos somos nosotros, que si no hemos vaciado el tiesto antes ha sido por una cuestión de falta de tiempo: siempre surgía algo menos importante que requería nuestra atención. Así han pasado los meses hasta que hemos descubierto que bajo la superficie había vida y que esa vida vuelve a presentarse para darnos una segunda oportunidad, diciéndonos “la última vez casi acabasteis conmigo, a ver qué tal se os da esta vez”.
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