El tucán abandonado : Puede que el pájaro que veo dibujado en la pared,
apenas unos trazos, apareciera una mañana picoteando las ideas de alguien que,
para sacárselo de la cabeza, lo hubiera pintado rápidamente en un muro como el
que se frota los zapatos con el bordillo para quitarse algo que ha pisado.
Parece un tucán de cuerpo delgado. El pintor, al menos, tuvo la consideración
de ponerle mirando los anuncios de mudanzas y reparaciones que cubren una
cañería y que yo, durante unos segundos, también leo. El tucán, por lo que sé,
se domestica fácilmente, así que tal vez hubiera bastado con un poco de
paciencia.
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