Mi homenaje a un cielo perfecto : Fijarse
en el umbral de las puertas teniendo un cielo tan bonito, tan amplio, tan azul ahí
arriba, un cielo del que basta con decir “de Madrid” para que la gente asienta,
disponer de ese cielo y andar con la cabeza agachada, buscando no sé qué en el
suelo, junto a las puertas, no debe ser señal de nada bueno, nada bueno, lo sé,
pero pongamos que si ahora hago una foto en blanco y negro a la parte baja de
una puerta metálica es porque sé que ahora, justo ahora, se estarán enviando
cientos de fotos de ese cielo perfecto, muchas de ellas admirables, mientras
que de esta puerta, de esta puerta, en fin, solo habrá esta fotografía, en la
que también, indirectamente, está el cielo.
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