sábado, 7 de febrero de 2015

Un pez con dos padrinos



Un pez con dos padrinos : Por la rendija que se quedó abierta entre los argumentos a favor y en contra de tener otro animal en casa, se cuela un pez. Era lo único que cabía. Antes de que esa rendija se cierre, Daniel me pide que vayamos a la tienda de animales. Ahí, la vendedora le explica, pacientemente, cómo tiene que cuidarlo para que nos dure tres años. No sé si se habría tomado el mismo tiempo si la pecera que nos llevamos no fuera tan cara.

El pez era el único de su tipo que había en una pecera. Sabiendo que parte del placer de la compra estaba en poder mirarlos todos sin prisas, sigo a Daniel por la tienda sin decir nada, respondiendo a sus preguntas de forma neutra para no influir en su decisión. Al final se fija en éste, que es el mismo que yo habría elegido, así que se puede decir que los dos nos llevamos un pez.

La chica llena de aire la bolsa y hace un nudo rápido con una goma elástica. En la calle la levanto para ver mejor al pez. Me indigna que un animal tan bonito pueda ser tan barato. 

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