Masticar antes de
hablar : En la reunión, un ingeniero dice que para defender a la economía
española lo que hay que hacer es penalizar las importaciones y proteger así a
las empresas de aquí. Como me da pereza enfrentarme a esa rotundidad con un
poco de historia económica, me lleno la boca con unos festivos aros de no sé
qué que están muy buenos. Estos años todo lo relacionado con la economía ha
caído tan bajo que da la impresión de que nunca ha habido certezas y de que cualquier
opinión es respetable. El resultado es que, en vez de desaparecer, los
economistas parecen haberse multiplicado en una plaga de aficionados que
exige para su control que los que, no sin cierto pesar, hemos estudiado
económicas, nos quedemos callados. Con la boca llena de chucherías, eso sí.
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