Abajo, los mortales : Lucía y yo tenemos toda la planta de arriba del McDonald´s para nosotros. Hemos elegido una mesa redonda, demasiado grande para
lo que necesitamos, porque eso es lo que queremos, que el domingo abra el compás
para tener más espacio. Con el desayuno nos regalan una bebida extra a cada
uno, así que la primera nos la tomaremos caliente y la segunda templada.
Perfecto. No hay prisa y nos detenemos en los detalles para contar cuántas
hojas tienen. La miga es más abundante en la rebanada de abajo que en la de
arriba. Al pequeño envase de plástico hay que retocerle dos veces el cuello
para poder servirse el aceite. Pinchar el pan para que se impregne de tomate. O
nada de pinchar el pan para que no se impregne de tomate. Las gotas de aceite
flotando sobre el café. Sobre el cola-cao. Qué se ve desde aquí. Esta canción
es buena. Esta no. Abajo, una mujer no deja de llevarse un pañuelo a los
ojos mientras habla con otra. Un ciclista deja la bici en la entrada y se quita
el casco con cuidado. Un niño camina deprisa detrás de su madre, que avanza con
la espalda muy tiesa.
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