El arte de la despedida : Tanto en las terrazas como en las piscinas las sillas están ya vacías. Habría que agradecerle al verano lo que ha traído pidiendo un
helado en las primeras y bañándose después en las segundas. Conviene aprender a
perfeccionar el arte de la despedida porque conforme se van cumpliendo años se
pasa de festejar lo que va a venir a celebrar lo que ya ha pasado. Por eso por
la tarde, en una piscina vacía, me obligo a darme el último baño de la
temporada en un agua helada, insoportable, perfecta.
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