6:16: Suena una
canción de Hugh Laurie en la radio. Son las 6:16 de la mañana y abro el grifo
para que el agua vaya llenando el lavabo. Este es un buen momento porque todas
las cosas parecen más cercanas, más evidentes, quizás porque porque la cabeza
también se va llenando de ideas lentamente y queda espacio para otro tipo de
percepción.
La música, por ejemplo, llega de
una forma directa a un oído que todavía no está saturado. Hay canciones que se
tienen que escuchar ahora porque más tarde ya van perdiendo matices y se confunden
en el tráfico. Lo digo, sobre todo, por la que pusieron ayer a esta misma hora
: “Objects in the mirror are closer tan they appear”, de Meshell Ndegeocello.
La escuché más tarde y ya era otra canción.
El mismo mundo, a las seis y
dieciséis, es otro lugar.
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