Pla en el congelador : Rebusco entre los paquetes del congelador con esa
seguridad algo inestable con la que trato de dar con un libro. Sé que está por
ahí, pero no sé dónde. Rabas que no son rabas. Croquetas caseras que no son
croquetas caseras. Pizzas que no son pizzas. El mundo de los congelados es la
historia de una mentira cómoda que nos creemos porque nos salva muchas cenas.
No tarda en saltar la alarma del congelador. Sigo apartando botes de sopa,
paquetes de papel de plata con pollo, trozos de pan en bolsas. Me sorprende lo
que va apareciendo por las fechas escritas en las etiquetas. Voy regresando al
pasado capa a capa y me doy cuenta de que en esas profundidades, de las que
parece no responder ya la memoria, puede aparecer algo comprometedor. El cine nos ha enseñado que nuestro
secreto más oscuro es el que se encuentra al fondo del congelador. Pero es
entonces cuando doy, por fin, con lo que buscaba : el paquete de habas
congeladas. Caliento el aceite y echo las habas. No sé si para comérmelas o
para seguir así con la lectura del capítulo que Josep Pla les dedica en “Lo
que hemos comido” y que empecé ayer. Las remuevo y me fijo en ellas como el que
pasa las hojas de un libro.
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