La última oportunidad del hombre gris :
Todavía queda un momento, al final del día, en el que puedes redimirte de todo
lo que habrías podido hacer mejor pero es que : el poco tiempo, o la rutina, o
la falta de ganas, o el esto solo lo voy a ver yo, o total para qué, o así es
suficiente, o no lo van a valorar, o ya coló la última vez, o nadie ha dicho
nada. Todos esos atajos externos que te llevan directo a la versión más gris de
ti mismo.
Me reconozco en esa versión cuando abro
la nevera poco antes de irme a la cama, en lo que es mero zapeo gastronómico, y
descubro que hay flanes. Un lote que ha tardado más en caducar que el interés
urgente de alguno de los mellizos por ellos. Cojo un flan, en un gesto que
desaprobarían todos los nutricionistas, y decido acumular unas calorías
absolutamente innecesarias para provocar una rápida dosis de dopamina.
Es entonces cuando se me ofrece la última
oportunidad. Podría coger un plato, sentarme, abrir el flan y volcarlo para ver
cómo se desprende lentamente mientras el caramelo líquido lo va cubriendo.
Hubiera podido, pero es que.
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