Una
palabra que hay que ganarse : Hasta ese momento, es un día más. Pero al abrir
la puerta del cuarto del ascensor encuentro un carro grande junto a uno
pequeño. Recuerdo entonces que es el día del padre. Sigo teniendo la impresión de que
esa palabra le corresponde a mi padre y que conmigo deberían utilizar otra. La impresión de que cuando la pronuncian no va dirigida a mí. La
impresión de que, en cierto modo, todavía no la merezco, que no me la he
ganado. El ascensor llega a mi piso y al abrir la puerta de casa veo que hay una mesa ya
puesta : un plato de jamón, otro de lomo, un cuenco de colines y una botella de
912 de altitud, crianza 2009. En la esquina de la mesa, una cartulina: ¡Feliz
día del padre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario