Comida a ciegas : Está mal visto que los menús traigan las fotografías
de los platos. No sé por qué, se confía demasiado en la imaginación del
comensal, sabiendo que ésta es bastante limitada, siempre tirando del pasado. Con
un optimismo injustificado, los diseñadores de las cartas escriben unos textos
sugerentes sin tener en cuenta que nadie es capaz de abandonar sus propias
imágenes. Por eso necesitamos las de los demás, por muy simple que sea la frase
que leamos al pie de página. Queremos salir de nosotros mismos, de las
limitaciones de nuestra cabeza. Siempre nosotros, siempre nosotros. Ya sé qué
proyecto cuando leo “ensalada de burrata con aceitunas”. Lo que espero es que
la realidad ofrezca algo distinto. Un plato que entre dentro del epígrafe
“ensalada de burrata con aceitunas” pero que lo ordene todo de una forma
distinta, que no me imaginaba, que me alegre, que me parezca una buena manera
de celebrar que los cuatro estemos comiendo en este restaurante por el que
siempre paso a la salida del trabajo imaginándonos así. Más o menos así.
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