El sorteo de campo : Esta mañana, al pasar por el parque, no veo ni al
padre que suele esperar de pie, escuchando música, ni a las dos niñas que
aprovechan el tiempo hasta que llegue el autobús del colegio jugando. Puede ser
que las combinaciones del metro se me hayan dado bien y sea más pronto de lo
normal. Otra opción es que los tres hoy se hayan retrasado por alguna razón.
Tardo un rato en decidirme a mirar la hora para saber si todo va bien o no. Hasta
ese momento vivo en dos situaciones paralelas con las mismas posibilidades.
Tapo la esfera del reloj antes de mirarla como si fuera la moneda del árbitro
que decide quién elige campo.
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