martes, 4 de febrero de 2014

El punto de encuentro




El punto de encuentro : Lucía deja una pequeña caja con un secreto grande encima de la mesa. Un cuidado abandono en el sitio preciso para que por la noche, cuando solo la inercia mantiene las últimas piezas en movimiento, me fije en ella. La veo como ese mensaje que los espías se dejan en un lugar público para que la normalidad la oculte. Ella se acerca desde sus nueve años, su silencio persistente como defensa. Yo, desde una realidad de horas aprisionadas como el cuerpo de un acordeón del que sale una melodía extraña.

La caja contiene su colección de brillos para labios con sabores. En una esquina hay un pequeño perro sin ojos que no deja de observarme. Está ahí para decirme que mañana, aunque intente dejarlo todo como estaba, incluida mi curiosidad, ella comprobará, mirándome a los ojos, algo que ya sabía.

No deja de ser una forma de comunicarse. 

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