Los deberes en sus carpetas : Ayudo a un mellizo con los deberes y antes de que el otro haga las mismas preguntas unos minutos después
le dicto las respuestas con una seguridad bíblica. Hoy no soy el único en
beneficiarme de esta repetición. El Madrid también parece haber visto su
partido contra el Schalke 04 antes de jugarlo porque solo así soy capaz de
entender cómo pueden crear algunas jugadas que no estaban ahí y que ellos trazan
con una perfección que me empuja a celebrar los seis goles en silencio,
llevándome las manos a la cabeza. Leila Guerriero también lo hace con su columna
de esta mañana. Ya la había escrito varias veces, tal vez sin saberlo, hasta
pulirla en la forma en la que se publica hoy. “No es verdad que todo
permanezca dentro de nosotros. Hay cosas que se pierden para siempre. Hay, en
el coraje de saberlo, una belleza helada". La leo
en un ejemplar del País dispuesto en una mesa para que le dé una franja ancha
de luz mientras espero a que me hagan una factura. Me entregan la factura, los mellizos guardan los deberes en sus carpetas y ese gol del Schalke 04 al Madrid, en el 1-6, no hace
sino añadir una excepción al día para que quede todo bien atado.
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