La justificada infidelidad de un amante del
vino : A las nueve de la mañana me encuentro, sin falta, al camión que
distribuye la cerveza entre los locales de la zona: o bidones o cajas de
botellines. Uno de los sonidos a los que me he acostumbrado por la mañana es el
de los bidones golpeando el suelo al ser descargados. También me he aficionado
a verlos apilados y a fijarme en cómo reciben la luz que va cubriendo la plaza.
La cerveza, a la que no soy muy aficionado, se ha convertido en la referencia
sentimental de estas mañanas, así que es posible que cuando se me presente la
ocasión pida una para volver a recordar estos paseos.
En el 2014, se consumieron 3.408
millones de litros de cerveza frente a 732 millones de litros de vino. Hasta
los años ochenta del siglo pasado, era el vino el que mandaba, pero desde
entonces la diferencia no ha dejado de crecer a favor de la cerveza. No he
visto ni un solo camión repartiendo botellas de vino a estas horas, así que las
estadísticas solo sirven para confirmar algo que, día tras día, he ido descubriendo.
Me hubiera gustado encontrarme con alguno de vez en cuando: ser fiel a veces es
difícil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario