Todos los testigos han volado : Al pie
del árbol alguien ha vertido lo que parece pintura blanca. Podría verse como un
ejemplo de vandalismo o como el resultado de un impulso creativo que, sirviéndose
de las raíces, buscara teñir las hojas del árbol. Al fin y al cabo, el árbol se
encuentra enfrente de una peluquería creativa, donde los peluqueros llevan
tatuados los modelos que puedes elegir para tu corte de pelo, y una tienda de
pinturas con un dependiente que fuma sin dejar de observarlo todo, como si del
sótano de su tienda se estuviera haciendo un túnel hacia el Banco de España.
Las que, con plena autoridad,
podrían sentirse molestas con este acto son las palomas, pero ellas, que lo
deben haber visto todo desde las ramas, han jugado a la confusión. Sus huellas
están por todas partes, sin señalar a la tienda de ningún sospechoso. Cada
pisada blanca es una broma, un despiste, una respuesta absurda a cualquier
interrogatorio. ¿Quién no querría ver un árbol con hojas blancas?
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