Según procedimiento : Ajeno a los espectáculos del festival de teatro
callejero, un hombre mayor lee el periódico el domingo por la mañana en la
calle, junto a una mesa con un café cortado. A las doce, en la Plaza Mayor, que
está al lado, Vincent Warrin, acompañado por la música de un violonchelo, ha
demostrado lo que se puede hacer con una bicicleta BMX en continuo movimiento a
pesar de no tener cadena. Se podía ver cómo las gotas de sudor caían de su cara
por el esfuerzo de que todo pareciera muy sencillo. Warrin nos ha contado cuál
ha sido su historia con la bicicleta desde que empezó a ensayar con ella a los
catorce años. En los cuarenta minutos que ha durado el espectáculo, la
bicicleta ha adquirido personalidad, pasando por varios estados de humor,
dominando y siendo dominada, sometiendo y siendo sometida. La narración ha sido
tensa, como las cuerdas de un violonchelo, para que cada matiz provocara
también una nota. El lector lo tenía a unos pocos metros, gratis, pero es de los
que viven con el día de retraso de los periódicos.
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