Bróculi : Es un
día extraño. En el titular del blog de un periódico leo “bicebersa”; en el post
de un poeta que tuve como profesor, “desmallar”. Es como si la realidad que está
al otro lado del perímetro de lo más cercano, aquella que suele mantenerse fija
como el fondo de un paisaje cuando uno avanza, hubiera percibido la magnitud
del seísmo y se hubiera desajustado, como la caja de bombones que se ofrece después
de caerse al suelo.
El movimiento bajo los pies es
perceptible. En medio del desconcierto, noto que todo está más vivo pero con
una luz menos intensa.
Al guardar la compra por la noche
(forzando a la rutina a volver a su cauce con los gestos decididos y algo
violentos del guardia que parece empujar con sus manos a los coches que pasan
junto al accidente) veo que en los
tarros pone “Bróculi”. Nunca me había fijado. Es una forma de llamar al vegetal
que no conocía. También yo, como si fuera ropa en un cambio de estación, tendré
que guardar unas palabras y empezar a usar otras que no sabía que tenía.
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