Un monumento
energético : La verdad es que íbamos lanzados. Si nos llegan a dejar unos años
más, habríamos llegado a un punto en el que, para mantener el ritmo, los
pediatras habrían recomendado alimentar a los bebés con bebidas energéticas
para no perder ni un instante.
Los bancos más saneados. La
Champions League de la economía. Esas cosas.
El profesor les obliga a esforzarse durante toda la
clase. Los que no están practicando con la pala, tienen que ir recogiendo las pelotas
en el cesto para aprovechar el tiempo. De vez en cuando les deja salir a beber
agua de las botellas. No me extraña que los cuatro niños terminen la clase con
la nuca empapada de ese sudor que se va a poner de moda.
A la salida veo una gran botella de
Powerade junto a una pared. Parece un biberón gigante. Parece un monumento a
otra época.
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