domingo, 16 de noviembre de 2014

A los pies de grandes rascacielos



A los pies de grandes rascacielos : La zona dedicada a libros de la FNAC cada vez es más reducida. La única sección que ha aumentado su espacio es la infantil, porque todavía los mismos padres que pirateamos todo lo que sale pensamos que se debe aprender a leer en un libro, no en ese Kindle en el que hemos descargado todas las novedades.

Esta vez me acerco a buscar un libro que sirva de introducción a la literatura: “Veinte mil leguas de viaje submarino”. No encuentro ninguna edición ilustrada que le ayude a un niño de diez años a sumergirse en la historia, como hizo conmigo aquella serie de Bruguera. Solo hay colecciones sobre misterio, fútbol, magos, monstruos, alumnas en institutos, diarios y zombies. Lo mismo que, añadiendo algo de sexo y sangre, se vende en la sección de adultos.

Me salgo sin el libro, aunque es posible que, de haberlo querido, hubiera podido hacer un apaño con alguna versión de Gerónimo Stilton con olores, una figura de merchandising del capitán Nemo o, incluso, algún videojuego basado en el libro para todas las consolas.


Solo queda la opción de bucear por Amazon para buscar lo que ya no se encuentra en la superficie. Una lástima. Una lástima porque de la antigua FNAC me gustaba hasta el paseo que daba antes por la zona de AZCA, con esos grandes edificios en los que siempre había una oficina que recibía toda la luz del sol. Ese silencio me iba preparando para el recorrido posterior entre las últimas novedades como esos tiempos de fe colegial en los que caminaba por el pasillo de la iglesia para recibir la comunión.

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