martes, 11 de noviembre de 2014

La consagración del silencio



La consagración del silencio : La cruz encendida en lo alto del tejado de la iglesia recuerda que Dios está presente las veinticuatro horas del día y que ahí, como en una farmacia de guardia a la que se acude de noche para lo urgente, te puedes encontrar a un cura dispuesto a responder las preguntas directas, las que arrinconan. Me imagino a un hombre delgado, de los que cierran los ojos para darse una vuelta por su desierto particular, con argumentos duros contra los que el diablo se enfrenta para afilar los suyos y luego marcharse a plazas menos exigentes. El tipo que antes de que empieces a hablar se marcha a por una botella de vino, sirve dos copas y respeta el silencio nocturno hasta que se vacían.

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