jueves, 20 de noviembre de 2014

Es más fácil ser paciente mientras se duerme



Es más fácil ser paciente mientras se duerme : Primero buscamos en todos los cajones las pilas que el nuevo coche necesita. Aparecen algunas sueltas de las que sospechamos como de los calcetines sin pareja. Después hacemos un inventario de todos los aparatos con pilas de los que podemos prescindir hasta que vayamos a la compra. Somos exhaustivos como guardias revisando las celdas de una cárcel, pero ninguno tiene el tamaño de pila que necesitamos. Cuanto más se alarga la búsqueda, mayor es la decepción cuando tenemos que admitir que hoy no vamos a poder probarlo. Una criatura perfecta a la que solo le falta, como a Frankenstein, la energía de un rayo para vivir. Encuentro entonces un perro hecho con chapa metálica con una cola, enrollada como la lengua de una mariposa, que podría estirar para pegarla al coche, sacarlo a la terraza y esperar a que la noche empeore, se cubra de nubes y alguna descarga le transmita al coche la fuerza que necesita. Lo detallo muy bien. Les enseño la cola del perro. Consulto en el iPhone el tiempo de esta noche. Les hablo de Frankenstein. Percibo entonces la diferencia entre la verdad científica y la literaria: no rozo los mínimos necesarios de verosimilitud para que todos se unan a mi proyecto. En vez de eso, miran la hora a la que abren los supermercados y coinciden en que es más fácil ser paciente mientras se duerme. El más beneficiado de todo esto es el perro, que se va a pasar toda la noche junto a la caja del coche, decidiendo cuál es la rueda sobre la que primero va a orinar para demostrar quién manda aquí.

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