Me quedo solo en casa por la tarde y
aprovecho para ver una serie de videos dedicados al dark cabaret que un amigo
ha colgado en su página. Es lo más interesante que veo hoy. De todas las
canciones, la que más me gusta es “Coin-operated boy”, de The Dresden Dolls.
Me gusta ese sombrero que el
batería lleva puesto; me gustan los dientes blancos, perfectos, de Amanda
Palmer, la cantante; me gusta cómo actúa el batería en directo; me gusta esa sensación de
que suenan varios instrumentos cuando sólo hay un teclado y una batería; me
gusta que la canción sea ella y que ella sea la canción; me gusta (me encanta)
ese cambio que se produce a la mitad (this bridge was written to make you feel…);
me gusta el tono cabaret, claro; me gusta ese momento en el que la canción
parece una aguja en un disco rayado; me gusta la voz de la cantante y, sobre
todo, esa sonrisa tipo joker que conserva durante toda la canción.
En “Chronic city”, de Jonatham Lethem, Claire Carter,
una mujer que representa el poder de la ciudad, le dice al desorientado
protagonista : “Permítame una sugerencia, siga el dinero”. También le dice : “Richard
es como usted. Olvida gran parte de lo que sabe, se olvida de todo menos de lo
estrictamente necesario para seguir adelante y hacer su trabajo”
Al ver éste y el resto de los
videos tengo al sensación de recordar un poco de todo eso que sé pero que he
olvidado para quedarme con lo estrictamente necesario y seguir adelante y hacer mi trabajo.
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