María me comenta que algunos juguetes de la lista que tenemos están agotados. ¿En qué sería lo último en lo que ahorrarías? Los anuncios se suceden como si todo siguiera igual, pero este año los Reyes buscan las monedas perdidas en los cajones, en el sofá, en los bolsillos de los pantalones, debajo de la cama, en la guantera del coche, en el cuenco de las llaves, en las huchas de metal, en el monedero abandonado, en el bolso colgado o en el tambor de la lavadora. Los Reyes no miran con desprecio las monedas pequeñas porque todas valen. Los Reyes ya no pagan con tarjeta, con billetes sin arrugas. Sacan la bolsa de las pequeñas monedas y la vacían delante de un vendedor que ha aprendido a no reírse de lo que ve porque él mismo también tiene un saco de monedas esperando en casa. Como sabe que no le van a engañar, no las cuenta y se dirige a por el juguete y lo envuelve con cuidado.
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