De coincidencia
en coincidencia : A los pies de la litera, como objetos junto a una barca traídos
por el ritmo de los días, hay una nariz de payaso y una rata de peluche. Parece
algo aleatorio, pero esa combinación no me sorprende. De alguna forma, los
objetos leen en el pasado cómo relacionarse entre ellos y luego van buscando la
forma de saltar de coincidencia en coincidencia, para no llamar la atención, y
ahí se quedan.
Me parecen una buena compañía. Es
posible que en su lento camino encuentren la manera de entrar en los sueños de los
enanos y colocarse encima de una mesa, junto a una taza de ron o en al lado de
un garfio mientras ellos cambian de un escenario a otro. Puede que Lucía se
ponga esa nariz y, con el disfraz de Mario de Daniel, vaya recortando una carta
hasta que pueda elevarse al cielo atada a un globo. Puede que Daniel acaricie
la piel de la rata para convocar a un grupo de piratas con el que ir a ver
ballenas.
A veces las cosas parecen decir :
no lo estáis haciendo mal.
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