La fuga : Hoy es
el día de la granja : los niños y los animales aprovechan para saber si lo que
les han contado de los otros es verdad. Hasta ahora, para los niños la fauna
está delimitada por un entorno más o menos cerrado, lo que evita que los
animales transmuten y se mezclen con los humanos. Conforme crezcan descubrirán
que no es así, pero ya llegará el momento de hablarles de los bancos : entonces
acudirán al zoo o a los documentales no sólo para saber cómo son los animales,
sino por qué actúan así algunas personas.
El restaurante en el que cenamos está vacío
a las nueve y lleno a las nueve y media. En casi todas las mesas hay grupos de
mujeres que se saludan con la alegría de las que han planeado una fuga y se
encuentran en el punto acordado al otro lado del muro. Es bastante probable que
todas ellas se vean cada día, pero no así, con los hijos durmiendo en la
granja y toda la noche para ellas.
El ambiente se anima tanto que acaba pareciendo
un patio, con varios partidos jugándose a la vez. Es el mismo bullicio que debe
haber en las habitaciones con los niños, que a las diez estarán acostándose. Me
imagino a las profesoras moviéndose entre ellos como las camareras por las
mesas, tratando de recordar con su presencia que hay un mundo de normas que
conviene mantener, aunque esta noche nadie se las tome en serio, como a un faro
a mediodía.
Pedimos un café. No hablamos mucho.
Tratamos de estirarlo todo lo posible, como ciclistas que pedalean lo justo
para no caerse.
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