Una imagen vale más que mil fotografías
: Hoy, por fin, desenterramos los huesos del dinosaurio que estaban encerrados
en el bloque compacto de arena. Ha sido una tarea larga que comenzó el día en
el que los Reyes Magos trajeron el regalo.
Rey 1 : ¿Y por qué no venden el
dichoso dinosaurio ya montado y nos quitábamos un peso de encima?
Rey 2 : Porque las cosas débiles se
las dejan al gordo de Coca-Cola.
Rey 1 : El día que alguien nos
financie y tengamos fondos, te juro que regalos como éste los mando por DHL.
Esta tarde, agotado, Daniel me pasa
los utensilios de arqueólogo que venían en la caja. Me dice que queda poco, no
sé si se refiere a su paciencia o al dinosaurio, del que ya se ven unos huesos
que parecen de pollo y de pescado, y se marcha a descansar. No me quejo porque
esto viene detallado en el contrato no escrito de paternidad, como lo de
recoger los calcetines del suelo, ordenar los dibujos de la mesa del salón,
poner de pie las vacas de plástico, darle la vuelta al pantalón del colegio que
está en nuestra cama, juntar los lápices con los lápices y los rotuladores con
los rotuladores, probar el agua de la bañera varias veces, comerse los dos
últimos trozos de pescado para no tirarlo, grabar el trozo de película que
queda por ver cuando se acuestan, dejar la puerta de su cuarto ni muy abierta
ni muy cerrada o echar en la mano izquierda las migas que se recogen con la
derecha de la mesa del salón.
Dejo todos los huesos en la mesa de
la terraza y llamo a Daniel, que me felicita y empieza a montar el dinosaurio,
porque la mezcla de huesos de gallina y de pescado da un dinosaurio que tiene
pinta de tener frío. Por el tamaño, también podrían ser los huesos de una rata,
pero mantengo la versión oficial, la del dinosaurio, porque motiva más : la
gente del CSI no trabaja igual en la escena del crimen si se trata del cadáver de
una modelo de lencería rodeada de fotografías suyas o del de un taxidermista
hegeliano con las paredes repletas de cabezas de hurones. Sea lo que sea, me da
la sensación de que hemos tardado mucho tiempo en sacarle de ahí, como a ese
personaje de “Shameless” que vaga perdido dentro de un contenedor del que nadie
tiene referencias. Quizás es que hasta un dinosaurio de plástico tenga fecha de
caducidad y éste esté doblemente muerto.
Tumbamos un poco al dinosaurio para
que descanse. El suelo de la terraza está cubierto de gruesos granos de arena.
Se me ocurre la segunda parte del juego : juntarlos todos con pegamento y
construir una bola densa. Podríamos bajar al dinosaurio a la calle y lanzársela
como si fuera el meteorito que acabó con la primera temporada de la vida en la
Tierra, antes de que Frank, Fiona y el resto de los Gallagher aparecieran en
ella, ya en la segunda. La idea es tan buena que no se la cuento a Daniel porque diría que sí sin
dudarlo.
Daniel avanza unos cuantos años en
la historia y trae un vikingo para que se haga una foto cazando dinosaurios. La imagen es
tan convincente que por un momento tengo miedo de que caiga en manos inexpertas
y dé lugar a extrañas teorías. Pero el arte es el arte y decido hacerla
pública.
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