La puerta secreta : Ahí, delante de
nosotros, está el hipopótamo enano de plástico. No hay mucho escrito sobre las
costumbres, la alimentación o el apareamiento de los hipopótamos enanos de
plástico porque los expertos suelen despreciarlos por ser de plástico.
Daniel se lo lleva a la base de la
manguera para que beba. El hipopótamo tiene la boca abierta, pero no bebe. No
sabemos si grita, si bosteza o si canta. Desgraciadamente, el hecho de que sea
de plástico nos impide descubrir cosas sobre él. Nadie, y digo nadie, le ha
dedicado un poco de su tiempo al hipopótamo enano de plástico.
Mal hecho.
A Daniel todo ese vacío de la
comunidad científica sobre el hipopótamo enano de plástico le trae sin cuidado.
Le dedica tiempo y lo cuida como si fuera a descubrir algo importante.
Bien hecho.
Así es fácil dar el salto y pasar
de jugar con un hipopótamo de plástico enano por la mañana a recorrer las
vitrinas del Museo de Ciencias Naturales por la tarde. Ahí los animales están
igual de quietos que el hipopótamo enano de plástico, pero reciben ese reconocimiento
algo sagrado que dan los museos.
Daniel se mueve de vitrina en
vitrina con seriedad. El avanza y nosotros le seguimos. Si se para, paramos. Si
se fija en algo, nos fijamos. Si elogia un nido con huevos, lo elogiamos. No nos atrevemos ni a cambiar de verbo. Tengo la sensación de que esto es como visitar la sala de trofeos
de un equipo cuando está jugando un partido en el zoo. Si Daniel mira hacia
arriba, nosotros miramos hacia arriba, al esqueleto de una ballena que se quedó
varada en Málaga hace unos años.
Da la impresión de que todo esto
está montado por gente a la que no le dejaron seguir jugando con sus animales
de madera cuando eran pequeños y que lo que realmente buscaban no era descubrir
la naturaleza, sino regresar a la infancia.
Cuando salimos del Museo, Daniel
parece algo decepcionado.
-Pensaba que sabía de animales,
pero me he dado cuenta de que no – dice.
Le digo que sabe más de lo que cree
y que, además, queda mucho por conocer : En el mundo hay 8,7 millones de especies, de
las cuales 2,2 son marinas. El 86% de las especies del planeta y el 91% de las
marinas no se han descubierto todavía. Prestarle atención a un pequeño
hipopótamo de plástico tal vez sea la puerta secreta que te lleve a uno de esos
descubrimientos.
Olfato no le va a faltar, porque en
la tienda se fija en un ornitorrinco expuesto entre los libros.
-Acaban de traerlo esta mañana.
Así que ahí tenemos al pequeño
ornitorrinco de plástico. No hay mucho escrito sobre las costumbres, la alimentación
o el apareamiento de los pequeños ornitorrincos de plástico porque los expertos
suelen despreciarlos por ser de plástico.
Mal hecho.
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