Gotas de sangre en
el cristal : En el cristal del gimnasio veo los restos de un pájaro que se ha
golpeado contra él. Ha debido de ser un gran impacto. Supongo que iba confiado
y que todo se habría evitado si el empleado que ahora veo no hubiera limpiado
el cristal de una forma tan meticulosa: el sudor se puede oler pero no se debe ver,
siempre hay alguien eliminando cualquier rastro. Ahora, por ejemplo, uno de los
encargados nos pregunta si nos molesta el sol antes de bajar las cortinas.
Desaparece el sol, desaparece el pájaro. Sigo corriendo. Estos del grupo de
tarde, sin la presión de tener que irse a trabajar, corren sin prisas. Puede
ser la misma velocidad, pero parece que no les costara tanto. El lujo del
tiempo.
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