Un recorrido
completo de la órbita : Celebramos esta cena una vez al año y siempre tengo la
impresión de que solo hace un par de meses de la anterior. Como ya nos
conocemos desde hace mucho tiempo (esta amistad es el plano de una ciudad que
nos sabemos ya de memoria) y nos mantenemos al día por mails, podemos permitirnos
el lujo de hablar de temas intrascendentes y hacer planes algo ridículos. Hoy decidimos
ir a un bingo. La propuesta es muy bien acogida porque es el último sitio al
que, teniendo la franquicia del Fringe de Madrid (el original siempre estará en
Edimburgo), iríamos. Ni Chejov, ni Photoespaña, ni el Thyssen ni el Fringe. Sabes que estás
entre amigos porque aceptas una opción así sin sentir ninguna culpa. Nos
echamos unas buenas risas. Nos atrae esta excursión a un barrio del mapa que no
conocíamos. El año que viene, cuando todas nuestras órbitas coincidan, como los
círculos del mantel, en otra cena, empezaremos por ese bingo. Un año que pasará
en unas pocas semanas.
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