Para
contrarrestar los efectos del pienso : Vemos “El régimen del pienso” de la compañía
de teatro La Zaranda. Si los del Teatro Real, con sus montajes subvencionados y
hormonados, todavía representan a la cultura de la burbuja (6 millones de euros
para “Rise and Fall of the City of Mahagonny”), estos de La Zaranda son la i
minúscula del I+D+i del teatro.
I de inteligencia.
Basta fijarse en el arranque : unos
médicos sacan de unos archivadores (De Ikea, Mortier) distintas prendas que se
van poniendo para convertirse en los administrativos que terminaron así y
conocer algo de su pasado de sellos, órdenes y papeleos. Esos archivadores, unas
estanterías de metal y unas cuantas lámparas forman la utilería con la que
hacen maravillas, como la de ese retablo en el que el oficinista fallecido (que
llevaba ya tiempo muerto después de quedarse en paro), yace.
Levantado el escenario, se cuenta
la historia del pienso : las ideas que vamos asimilando para aceptar lo que
sucede como normal y, sobre todo, mantener nuestras reclamaciones dentro de los
formalismos (¡sobre todo artísticos!) que se nos ofrece y hacernos tan
previsibles como maniquíes. Lo repiten : “Todo tiene su proceso y cada proceso
tiene su curso”. Y así pasa la vida.
El tema es importante pero es lo de
menos. Quien más quien menos siente esos grumos de pienso bloqueándolo. Me
habría gustado igual de haberla visto en alemán. Ese rodeo que realizan sobre los objetos para darles diferentes vidas y significados es puro teatro. Lo que has visto hacer con ellos, en contra de lo que
se pide muchas veces, sí tienes que intentarlo en casa. Estás obligado a
hacerlo para contrarrestar los efectos del pienso único.
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