La lectora del códice: Otra buena razón
para levantarme pronto es ver en la pastelería el expositor con todos los
periódicos ordenados y con varios ejemplares. Una imagen importante para
construir mi verano. Ahí coincido con más gente que, como yo, acude para comprar
el desayuno y llevarse el periódico. Lectores quizás acostumbrados a informarse
en Internet, pero convencidos de que en la playa hay que dejar atrás la
pantalla e irse de vacaciones al papel.
Hoy, una mujer, con gafas de sol y
un perrito atado a su silla, tiene desplegado el periódico encima de su mesa,
junto al café. Lo lee con una atención que resulta fascinante. Como si fuera el
momento más importante del día. A su lado los relojes deben ir más despacio. Lleva
el pelo recogido en una coleta y es probable que tenga mi edad. La veo pasar
las páginas con el cuidado del que tiene en sus manos un códice. Me pregunto si
manejará su vida con esa intensidad que parece ajena a lo que la rodea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario