Continuaremos
enredados en las cosas : Solo la desaparición del que recuerda supone la muerte
definitiva. Mientras tanto, pueden darse casualidades como ésta: que en una
cena mi crema tenga apio, que tanto le gustaba a mi padre, y que en las
crudités de María incluyan unos rábanos que mi padre habría disfrutado con un
poco de mantequilla salada. Es una velada tranquila, ajenos a los relojes, la
que me permite ser consciente de detalles como estos. Con la misma levedad con la
que ha venido, se marcha.
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