De camino a la ciudad venenosa : El
verano es buen momento para leer novela negra porque igual que el cuerpo se
calma al tenerlo tumbado bajo el sol, la cabeza también se tranquiliza con
estas historias en las que un tipo es capaz de descubrir la verdad y pillar al
malvado.
Luego depende de cada uno elegir el
tipo de libro que se lleva consigo. En un extremo estaría el detective que es
capaz de hacer su trabajo sin mover una taza de su sitio. En el otro, el que es
contratado no para dar con un asesino (cosa que se quita de encima en las
primeras páginas), sino para limpiar una ciudad : un cubo, una fregona y a
sacarle brillo.
Que en la estación de servicio vea
ese cubo lleno de agua con un cepillo dentro es señal de que empezar hoy con “Cosecha
roja” es una decisión acertada. Un hombre frente a una ciudad, Personville, más
conocida como Poisonville :
“No era bonita. La mayor parte de
los constructores habían buscado la ostentación. Puede que la lograran al
principio. Mas luego los altos hornos, cuyas chimeneas de ladrillo se erguían al
sur contra una tétrica montaña, habían dado a todo una suciedad uniforme,
amarillenta y ahumada. El resultado era una fea ciudad de cuarenta mil
habitantes, situada en un vallejo entre dos feos montes, todo ello envilecido
por las minas. Desplegado sobre el conjunto se veía un cielo sucio que dijérase
haber salido de las chimeneas de los altos hornos”
Protegerse del sol bajo la sombra
de un árbol y empezar a leer para creer que ahí afuera todavía hay tipos que
hacen así su trabajo.
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