La comida de la tribu : Colocamos los trozos de carne en los tenedores de dos
puntas y los metemos en las cazuelas humeantes. La receta es sencilla. Ahí los dejamos
lo que cada uno entiende por dos minutos y los sacamos. Gastronómicamente
hablando podría pedirse algo más porque parecemos pescadores contentos de
comerse el cebo. Pero no somos
pescadores, somos cazadores. Lo importante es estar sentado en una mesa en la
que todos, niños incluidos, estamos comiendo lo mismo. La cazuela sería ese
primer fuego alrededor del cual se reunía el grupo para compartir la pieza
cazada. Ahora son los niños los que al terminar su bandeja se acercan a por
nuestra carne.
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