Una disculpa en versión original: Salgo
del cine de ver “Corazones de acero” de madrugada. A la sesión, en versión original,
solo hemos venido cinco personas. A primera vista no parece que hagan mucho
negocio, pero creo que se trata, sobre todo, de una inversión. Y de una disculpa.
Nos ofrecen esta posibilidad a los padres para que nos reconciliemos con este
cine y le cojamos cariño después de los bodrios que hemos tenido que ver en sus
salas. La situación del cine infantil no va a cambiar, pero, llegado el momento
de ver otra película infame, preferiremos hacerlo aquí, en este cine que te permite
escuchar a Brad Pitt en versión original y en el que, gracias al silencio de
los pasillos al salir, vacíos y sin palomitas en el suelo, puedes alargar un
poco más la impresión de la película.
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