jueves, 5 de julio de 2012

Moscú




Moscú :

-Cables, lo primero que te llama la atención al llegar al Moscú son los cables.

Ahora Moscú y después San Petersburgo. Mi madre me llama vía Viber, aprovechando que en el hotel tienen wifi. Yo la escucho en la terraza, fijándome en los dos cables que salen del canuto de la pared preparado para colocar una lámpara. Si los cables son Moscú, éste es un trozo de Moscú, y en el baño hay otro y en los cuartos de los enanos también hay recuerdos de Moscú.

En cuanto puede, mi madre se marcha de viaje con los amigos. Ahora todos esos países están muy cerca, pero con la crisis se van a ir alejando en un nuevo desplazamiento más económico que geográfico : unos pondrán los ladrillos al muro desde fuera mientras nosotros, a base de IVA y ajustes y controles y recortes los colocaremos por dentro. En lo que eso llega, los abuelos hacen viajes rápidos de adolescentes y nosotros, ni adolescentes ni abuelos, miramos por el balcón a los niños que juegan en la piscina.

Le digo que lo pase bien. Le dio que eche una mano en eso de crear la marca España. Le digo que tenga cuidado con el vodka. Me responde a todo que sí con prisa porque ya están todos cambiados y se marchan a cenar. Solo le falta despedirse con un vale largo y transparente como cinta adhesiva con la que cerrar con varias vueltas la conversación.

Me siento como la barra de la que cuelgan los columpios. Es lo que toca.

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