Un homenaje al Fairy : En el recipiente
de metal, junto al fregadero, hay un Scotch-Brite marca Hacendado, unas Nanas
marca Hacendado y una Vileda marca Hacendado con restos de Fairy marca Fairy.
¿Por qué soy fiel al Fairy, habiendo Fairy de otras marcas? Por el anuncio :
use como lo use, siempre me viene la misma imagen a la cabeza.
Al lado del recipiente hay una
botella vacía de vino. No siempre, como ahora, se trata de un Pruno, claro.
Normalmente es un Ribera (o no) que suele rondar los seis o los siete euros (esto
sí). Me gusta ver la botella vacía y recordar algo del sitio en el que la
compramos. Esta, por ejemplo, la adquirimos en la propia bodega. Sólo vendían
tres por persona. Ayer abrimos ésta con el cuidado con el que uno pide el
primero de los tres deseos. Hicimos un hueco en medio de la rutina, como
policías cercando una zona con cinta, y en medio plantamos la botella. Al lado,
un plato con jamón serrano. Parecía un picnic en medio de la cena. Un brindis
ligero y los mellizos con sus platos. Sólo nos faltaban las gafas de sol y el
sonido de alguna gaviota al final del pasillo. Que si está bueno, que si el
jamón ayuda, que si el tal Parker sabe. Al otro lado de la cinta, el reloj, los
exámenes de los mellizos y creo que hasta nosotros mismos, en esa versión desgastada
como Scotch-Brite apurado hasta el final, a la que no hicimos mucho caso.
En el anuncio de Fairy, se ve cómo
una gota verde es capaz de hacer retroceder la grasa hasta los bordes del
recipiente, dejando una superficie redonda y limpia en el centro. Ya está
demostrado que algo parecido hace con el día la copa de vino en la cena si uno
sabe cómo bebérsela.
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